Saturday, May 26, 2012


MADISON

para Erin Teskten

Uno entra en la lluvia como en una historia de relojes y cuervos.
Reales como el frío sobre las lámparas
vemos de madrugada sus banderas en la ciudad que ignora
cómo cierras los párpados cuando te azota el viento,
cómo  pronuncias las palabras de golpe aprendidas.
Uno lejos de todos los espejos
se observa en las ventanas de autos y vitrinas.
Uno recuerda una calle, una casa ,una mujer enferma
una ventana abierta que nadie cierra donde las botellas vacías
se reúnen entre las manos de los amigos muertos.
Uno no es uno entre tantas preguntas ciertas.
Ella recuerda las manos de su tío árbol de tamarindo,
recuerda los días como el agua entre sus piernas,
recuerda sus primeras lluvias, la cama de cuatro, las manos oscuras.
Hay remolinos eléctricos que barren las hojas,
monedas en el aire de una ciudad no aprendida
por las horas a la deriva por la sal en los ojos y el hambre.
Uno acostumbrado al día se levanta,
y encuentra que la nieve bebe la sangre de una conejo herido.
Uno encuentra la vida y las cosas
como ese pequeño arco iris de aceite en la banqueta.



MADISON
para Erin Teskten

We step in the rain
like into a short story of crows and clocks,
real like cold over the streetlamps.
We see the flags of rain in the city that ignores
how you close your eyes when wind strikes,
how you say words suddenly learned.
Away from mirrors we
find ourselves  in the reflection of car windows and displays.
We remember a street, a house, a sick mother.
We remember an open window that no one closes
where empty blottles gather among the hands of dead friends.
We are not the same among many certain questions.
You remember your uncle’s hands
like a tamarind tree.
You remember days as the water between your legs.
You remember your first rains,
a bed shared by four, shadow hands.
There are electric whirlpools sweeping leaves,
coins in the air of an unkown city,
the hours wandering,
hunger and salt burning our eyes.
We are used to days like these,
wake up to find that the snow
drinks from the blood of a wounded rabbit.
We find life and things like that small rainbow
of car oil on the sidewalk.

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